Decía Hampaté Ba, escritor malinense, que “en África, cuando un viejo se muere es como si una biblioteca se quemara en Europa”, porque aquí la cultura y la tradición es oral. Incluso la lengua más hablada en Burkina Faso no se puso en grafía hasta mediados del siglo XX.
Es por eso que, a pesar de existir muchas otras necesidades acuciantes en el quinto país más pobre del mundo, nosotros creemos en la importancia de potenciar la educación y formación de las personas, para que así puedan ser ellas mismas las artífices y protagonistas de su desarrollo.
Hay necesidades mucho más perentorias en este país, uno de los más pobres del mundo: sanidad, alimentación, etc., pero creemos que lo más importante, a largo plazo, es la formación e intentar que los jóvenes desarrollen un espíritu emprendedor que les lleve a desarrollar ellos mismos su país.
Finalmente es la actividad económica la que ayudará a cambiar las cosas, o como dijo un asesor de Bill Clinton, “¡es la economía, estúpido!”.
Nuestra idea es conseguir cambiar la mentalidad subyacente de estar siempre a la espera de las ayudas internacionales y de ONGs, y que se acaben convirtiendo en dueños de su propio destino. No se trata de darles de comer pescado, sino de enseñarles a pescar…, aunque aquí no haya mar…
Es por eso que hemos abierto una ventana al mundo, gracias a Internet, y una forma distinta de hacerles ver las cosas, empezando por la manera en que reciben la formación. Mucho más parecida a la que puedan recibir nuestros hijos en España y muy diferente de lo que están acostumbrados.